Mariani:
Antes
de contaros la vivencia, os comento que mi hijo siempre nos está besando,
abrazando, se acuesta con nosotros unos momentos, etc.
Estamos acostados mi marido y yo. Estamos
viendo la televisión, pasado un tiempo de estar viendo la televisión, me doy
cuenta de que entre mi marido y yo está acostado mi hijo Antonio Jesús, nos
estamos dando la mano. Llevamos así un buen rato, yo lo sentía todo normal,
cuando de repente: cariño, le digo a mi marido, el niño está acostado con
nosotros y me está dando la mano, lo estoy viendo. Mi marido me dice entre
sonriendo de alegría y extasiado: ¿cómo no me has comentado nada antes? Yo le contesto:
porque en esos momentos no me “acordaba” de que el niño está ya Salvo en la
Vida Eterna, y cuando de repente se me viene a la cabeza, reaccioné así para
decírtelo. En esos momentos mi hijo se fue, al vernos “alterados”.
Que bello y hermoso, no se puede contar de
otra manera. Pero así todos lo entendéis, que es lo importante.
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